Yo tendría la edad que mis alumnos tienen ahora cuando otra gran pandemia, que aún no ha desaparecido, era la que acaparaba los telediarios y los titulares de los periódicos: la terrible sequía y la gran hambruna de Etiopía y otros muchos países de África. Surgió entonces una canción que se acabó convirtiendo en un himno: "We are the World:" No hay un lugar en todo el planeta donde alguien que comience a tararear su melodía no encuentre réplica entre quienes le rodean "We Are The World" surgió como arma cultural para frenar otra pandemia: la hambruna en Etiopía y otras regiones de África.
Hace varios días ya que no se me va la canción de la cabeza, y es la que me ha motivado a escribir esta pequeña entrada...
En clase, siempre reflexionamos que para ayudar, podemos empezar por los que están a nuestro alrededor. Y sin embargo, después de ver este experimento, creo que ellos lo tienen bastante más claro que nosotros:
Como bien dice Carmen Gayo, de Acción contra el Hambre, quizá ese instinto que según parece es natural en todos, lo vayamos perdiendo según nos hacemos mayores.
Personalmente, que los niños sufran es una de las cosas que más me hace sufrir.
Ahora que el mundo vive una pandemia que también nos afecta a nosotros y que sin duda va a marcar nuestras vidas, creo que es un buen momento recordar el mensaje de aquella canción de hace ya 35 años...
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